El libro, ¡bendito sea!
pues con afán inaudito
vuela por el infinito
con las alas de la idea;
el libro que vida crea,
pan de las inteligencias,
luminar de las conciencias,
y que hoy está en todas partes,
sublimando con las artes,
redimiendo con las ciencias.
El libro es fuerza, es valor
es poder, es alimento;antorcha del pensamiento
y manantial del amor.
El libro es llama, es ardor,
es sublimidad, es consuelo,
fuente de vigor y celo,
que en sí condensa y encierra
lo que hay de grande en la tierra,
lo que hay de hermoso en el cielo.
Rubén Darío (1867- 1916, Nicaragua)
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